ASPECTO SOCIAL

La deforestación es la pérdida de bosques o su destrucción principalmente por la actividad humana que utilizan estos para la agricultura, minería, la industria, etc.
En primer lugar, la deforestación causa que ya los árboles no produzcan el oxígeno que respiran las sociedades humanas. También destruye el medio ambiente en el que se desenvuelven y los espacios en que se desplazan diversas especies vegetales y animales.
En segundo lugar, la deforestación provoca el calentamiento global modificando el clima de varios países.
Las consecuencias sociales también desaparecen el llamado efecto esponja, el cual consiste en almacenar nitrógeno y expulsar el oxígeno, y que lo produce un bosque amazónico. De este modo, el clima que es drásticamente cambiado puede ocasionar enfermedades graves a las poblaciones como asma, bronquitis, entre otras.
La deforestación está dentro de los
diez grandes problemas del ambiente
que tiene el planeta en este momento;
según el IPCC (Panel Intergubernamental
de Cambio Climático), podríamos pensar
que es una dificultad que también
tenemos los humanos, porque la
deforestación se relaciona con otras
problemáticas tales como la extinción de
especies, inundaciones, erosión y
contaminación de la atmósfera.
En la medida en que se talan los árboles,
va desapareciendo una serie de
contribuciones que estos hacen al planeta,
como proteger la capa vegetal del suelo,
aportar al ciclo del agua, capturar C02
, servir de vivienda a muchas de las especies,
además del valor agregado de disfrutar de un
bello paisaje. Muchos de los aspectos
relacionados con la desaparición de los bosques,
en algunas ocasiones, tienen que ver con nuestra mentalidad antropocéntrica, en donde la naturaleza es una infinita despensa al servicio del ser humano, lo que nos aleja de la mentalidad de cuidado y conservación.
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Hablamos sobre los aspectos necesarios, urgentes y esenciales para desarrollar una estrategia efectiva de restauración ecosistémica en zonas degradadas por la deforestación. Y anticipándome a algunas de ellas, encontramos que en el conocimiento, en los incentivos y en los esquemas como la asociatividad, se encuentran los fundamentos de una estrategia para que lo que hoy son potreros, vuelvan a ser paisajes ricos en vida y habitados por personas que gocen de los medios que les garanticen su buen vivir.