ASPECTOS DE SALUD

Los desastres ambientales que el país ha sufrido nos deben conducir a que reflexionemos sobre las consecuencias de la ilegal y también permitida tala inmoderada de árboles.
Dos terceras partes de la superficie de México son montañas, el resto es ondulante. Las montañas que no tienen árboles o plantas que retengan el suelo, se quedan sin el mismo. Y cuando las montañas se quedan sin árboles y sin suelo, las consecuencias son muy graves para todos los seres vivos.
La deforestación tiene muchos efectos negativos para el
medio ambiente. Uno de los mayores impactos es la
pérdida del hábitat de millones de especies. Setenta
por ciento de los animales y plantas que habitan los
bosques de la Tierra no pueden sobrevivir a la
deforestación que destruye su medio.
Por otro lado, la tala de los bosques tropicales genera
las condiciones óptimas para la difusión de las plagas
transmitidas por mosquitos, como la malaria y el dengue.
Cuando la agricultura sustituye al bosque, la regeneración
de la vegetación arbustiva proporciona un entorno mucho
más apropiado para los mosquitos portadores de los
parásitos de la malaria y el dengue. Es decir, la desaparición
de bosques conduce al riesgo de epidemias, en especial de
aquellas transmitidas por determinados mosquitos.
Al iluminar intensamente el suelo que antes estaba en penumbra bajo el bosque, la luz solar aumenta las temperaturas del agua. Las hojas que antes elevaban el contenido de taninos en los arroyos y estanques frenando la proliferación de los insectos, desaparecen, con lo que se reduce la acidez y el agua se vuelve más turbia.